La crisis del fútbol ecuatoriano se da por distintas
circunstancia que han venido desarrollándose a lo largo de los años, una de las
más importantes es el mal manejo de los recursos por parte de los dirigentes,
ya que, pagan cifras exorbitantes a sus
jugadores con la finalidad de conseguir los títulos más anhelados, en ocasiones
son más ansiados por los mismos dirigentes que por la hinchada.
Aquí la administración de las diferentes instituciones cae
en un bache que difícilmente se puede salir, tomando en cuenta las condiciones económicas
del país que por ende afectan a la parte financiera de los clubes.
En algunos casos los dirigentes llegan a pagar valores inconcebibles
para nuestro país, lo cual se puede solventar en los primeros meses, pero esta
es una perdida a largo plazo, ya que en la mayoría de ocasiones los jugadores
que cobran estos grandes sueldos dejan la institución por x razones y proceden a demandar a la misma por los valores impagos.
Esto es una constante en nuestro balompié.
Otro aspecto que afecta a la economía de nuestro fútbol es
la debilidad institucional, ya que muchas de las veces los equipos son únicamente
una vitrina para exhibir la calidad de los jugadores, ya que en la realidad los
agentes son aquellos que cuentan con los derechos deportivos del jugador, es
decir ellos son quienes negocian los traspasos de los futbolistas a otros
equipos, lo que provoca que el club al cual “pertenece” el jugador no recibe el
total de la transferencia del mismo.
Esto afecta de manera significativa, ya que es uno de los
elementos principales para la sostenibilidad económica de los clubes, el traspaso de jugadores es uno de los ingresos
más importantes que puede tener la institución deportiva.
Un claro ejemplo es el Club Deportivo El Nacional, equipo
que se ha caracterizado por tener una gran cantera de jugadores. En el año 2012
los puros criollos lograron su estrella número 12 con grandes jugadores como
Antonio Valencia, Christian Benítez, Segundo Castillo entre otros que fueron
figuras de este campeonato lo que les permitió darse a conocer como figuras
deportivas, esto les permitió que posteriormente los contrataran equipos extranjeros.
Pero el dinero de dichos traspasos debió plasmarse en la estabilidad
económica del plantel, ya que por las considerables transferencias que tuvo El
Nacional debió haber recibido grandes cantidades de dinero, pero al parecer
esto no fue así, ya que en años posteriores el rendimiento del equipo empezó a
decaer así como también la crisis empezó a afectar a este equipo que se
caracterizaba por ser uno de los más estables.
Según Carrión y Samaniego en su artículo “La crisis del
fútbol ecuatoriano. Entre el endeudamiento, la fragilidad institucional y la
violencia” otro aspecto que afecta en gran magnitud al déficit económico que
viven los planteles en la actualidad es que “Los clubes no logran cubrir sus gastos corrientes (sueldos, intereses
por deuda, gastos administrativos, etc.) con los ingresos corrientes (ingresos
por derechos de televisión, taquilla, venta de la marca [merchandising], etc.).
Por la necesidad de financiar ese déficit, permanente en algunos casos, se
establecen relaciones con financistas —hinchas, no hinchas, prestamistas
informales, bancos, etc.— pero dependiendo de cómo se establezca esa relación
se tendrán resultados positivos o negativos para los clubes”.
Pero también hay que tomar en cuenta que los dirigentes de
los equipos ecuatorianos cuando empiezan su gestión, no consideran que
deben realizar una planificación a mediano o largo plazo, para que el equipo
mantenga una estabilidad administrativa lo cual es muy importante para el
desarrollo deportivo del mismo.
Esto se evidencia en la mayoría de clubes, siendo así que en
la actualidad los únicos equipos que han logrado tener estabilidad dirigencial
han sido Liga de Quito con Rodrigo y Esteban Paz, el Club Sport Emelec con Nassib
Neme y el Independiente del Valle con Michel Deller, en cuanto a los otros
equipos de la serie A se puede mencionar
que no logran mantener a un dirigente a largo plazo, siendo así que en
ocasiones cambian 2 o 3 veces de administrativos en el mismo año.
Es por esto que el balompié ecuatoriano necesita buscar
soluciones que mantengan una regularidad en el campeonato tanto deportiva como
administrativa, pero esto debe empezar desde la dirigencia de cada equipo en la
manera que manejan sus recursos económicos y una correcta planificación que
logre objetivos a largo plazo y no únicamente a corto plazo, lo que en
ocasiones se da por interés propios de los dirigentes.
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